miércoles, 14 de abril de 2010

trulalala

Te veo como un pequeño avatar, no muy animado y distinto a todo lo que se te pueda llegar a parecer.
Venís con tu motivación al mil, y yo, que no entiendo nada de ser motivada, me la creo de paralela, y termino siendo zarpada perpendicular.
Entonces, vuelvo a tu avatar, y me doy cuenta que es bastante oscuro para semejante luz.
Y se me estremece la garganta, y baja hasta mi estómado, y se sienten finos revoloteos de insectos, que miman la pared de mi estómago, y la hacen vibrar levemente.
Es así, y no te lo voy a negar. Por que sabes que no me gusta negarte nada y mucho menos mentirte.

La felicidad está a la vuelta de la esquina, o a casi 300 km. Eso me lo dice él. Entonces vuelvo a rememorar su cara, aquella que me obtuvo por última vez. Y después de eso...la ingrata soledad, que hoy es mi mejor amiga.

Asique vuelvo a revoleteo de las paredes de mi estómago, a su vibración mucho menor que a la de un celular. Me decis que me deje guiar por lo divino, que el cielo y su habitantes me darán una respuesta.

Te quiero creer, nada me gustaría mas que eso...pero le temo a la respuesta, porque simplemente le temo a la ignorancia ancestral de todos los días.

Asique intento buscarte, a él, a vos, y a todo ese ovillo de lana que somos nosotros. Enmarañados, pero perfectamente redondos. Un ovillo como los que hubiese hecho Lu Cosa. Y yo a ella y a sus ovillos, les creo casi como le creo al rosario de palo de rosa que me regaló mamá.

Y entonces me doy cuenta, que los tomates secos no son tan divertidos cuando no tenes a alguien con quien compartirlos. Y de vuelta, la pared de mi estómado vibra con la misma pequeña intensidad. Me mandas mensajes de texto estomacales, y espero que esto no me de acidez, porque no toleraría otra noche de insomnio.

Y si, me gustaría creerte, así como me gustariá que sepas que si la vida y los Dioses eternos me dan una oportunidad...abandonaría todo eso que a vos tanto te preocupa que tenga. De hecho, eso me abandonó hace rato, y estoy bastante cómoda con la idea de no tenerlo.
Asique si, lo abandonaría. Solo porque quiero probar como se siente tener a un ser digno de ser humano, al lado de semenjante hibrido como yo. Que no soy humano, no soy perro, pero siempre que masco un chicle me muerdo el cachete izquierdo.

Es como si quisiera tener esa sensación de cerrar los ojos, tenerte al lado mio, y teletransportarme a la nube mas lejana, solo para verte y admirarte como niña chica. Nada de nada...mirarte...solo eso.

De vuelta la pared de mi estómago se estremece, y yo me estremezco cuando ella lo hace. Debe ser ese pánico horrible a volver a enamorarme...y ese temor aún mas grande que el pánico...el miedo a que me dejes. No que ya no lo hayas hecho, solo que nuestra no-relación-paranormal me encanta y me atrae lo suficiente como para crear un ultramundo dentro de mi cabeza...

No hay comentarios:

Publicar un comentario