sábado, 10 de abril de 2010

Se prende fuego TODO

Debe ser por mis neuronas tirando humo. O porque te busco abajo de cada piedra gigante en mi camino. O debe ser por el tema de Arma Blanca que suena de fondo.

Por algo simplemente es. Debe ser por intentar buscar mezclar mi vida, para lograr mis objetivos. Por algo es, por algo fue.

El cielo se entremezcla con colores brillantes. El sol se esconde por el otro lado del que siempre se encondió. Miro por la ventana. Algo se intenta dibujar a través del vidrio. Se dibuja, y se vuelve a borrar. Le gusta jugar con mi imaginación.

Entrelazo líneas superfluas. Lo no-tangente vuelve a mi vida, de vuelta. Debe ser por la retórica de la vida, y la mística exquisita, que vuelve siempre a mi paladar frío. Debe ser por la expirementación de cosas nunca antes probadas.

Vuelve. Enciende todo alrededor. De prente el frío comienza a prenderse el fuego. Capucha puesta, triángulo de lana. El sol dibuja mi cara sin flashes. Todo empieza a dar un calor inmenso.

No es rojo. Es naranja. Porque el naranja no es nada. No es pasión, no es frío. Es naranja. Seguramente una fruta lo suficientemente ácida como para no querer probarla nuevamente.

El naranja enciende todo. Se mezcla con azules. Debe ser por eso que me quise sentar a escribir.
Las calles empiezan a prenderse fuego. Se derrite el asfalto, la gente ignífuga sigue caminando. Ellos no se dan cuenta de como todo lo que una vez fue algo, ahora es fuego. No quema, sigo caminando. Miro un bar, nadie se da cuenta que la ciudad se quema?. Los colectivos muestran su punto débil, como si fueran plástico se pegan al piso ya inexistente. Los mejores autos ahora son cenizas, sus conductores siguen sentados, miran alrededor, nada pasa. La ciudad se prende fuego, y vos no lo estas viendo.
Llego a casa, y no hay tal. Miro tele, no hay tal. Debe ser por eso que quiero escribir palabras que se prenden fuego con cada nota.

La cara vuelve a aparecer a través de la ventana gris de ollín. Te discuto. La ciudad se prende fuego, y vos no lo estas viendo.

Ya me cansé de todo este fuego, de todo este humo asfixiante. Me cansé de quererte entre llamas naranjas que nada me dicen, que nada me hablan, que nada de nada.

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