domingo, 18 de abril de 2010

El rincón

Me acecha el rincón oscuro, y me demuestra una página blanca, hermosa y pegajosa, donde puedo escribir mi universo de la forma en que se me antoje.
Mientras las palabras de personas no tan anónimas se entrelazan, y crean una pseudo-inspiración en mi espíritu al que le hace falta amor...pero ya no le importa...en ese momento me doy cuenta que la oportunidad es un punto de plasticola de color en el medio de la hoja que me regaló el destino.

Así, desde mi oscuro rinconcito, voy pensando en todo lo que tuve que dejar. Sus ojos verdes como el mar, alguna vez supieron brindarme un abrazo con tan solo una mirada en la distancia. Hoy, solamente es un anhelo de aunque sea volver a toparme con tus pupilas entre medio de la juventud.

La gente amenaza con tormentas, y el cielo apoya la teoría. Debe haber sido una tarde hermosa en la perifería de la laguna. Probablemente aquel cielo, que es diferente al de acá, te haya dado el presagio de que se caería para volver a levantarse.

Como nosotros.

Solo que desde aquella vez nunca supimos entender que al cielo no le gusta cumplir con su couta de ley física, y rompe la gravedad que ata nuestras mentes.

Y así, lentamente, me dejé llevar por las gotas que caían en mi pelo, y sin permiso, se colaban por mi cara. Indiscretas, fueron apoderandose de mis cachetes, y ni siquiera les importó si tenía frío, o si mojaban mi campera preferida. Simplemente lo hicieron, invadieron mi universo y humedecieron mi hoja blanca. Lo peor de todo, es que son como vos. En un momento me rompen mis esquemas, y en el otro desaparecen y me dejan juntando pedasos de corazón, mientras el sol se hace mi amigo y me quema mis marrones ojos.

Supongo que esta vez usaré capucha.

Miraré a sus ojos tristes, por alguna historia que desconosco, e intentaré descrifrar si esta es mi oportunidad, o si seguiré en el calvario de saber que vos fuiste mi última relación ancestral con un hombre.

Si, debe estar lindo en la periferia de la laguna...espero que te hayas abrigado y que no extrañes tanto mis mates...

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