domingo, 25 de abril de 2010

La noche en que saqué a mi triceratops a pasear

La noche que saqué a mi triceratops a pasear, me había pasado un tiempo limitado parada en la puerta del edifio que guarda a mi segunda familia. La tarde que le prosiguió a la noche...fue una tarde realmente hermosa, a pesar de las nubes amenazadoras de hielo en cielo.

Asique ese día, el día que saqué a mi triceratops, le dí la bienvenida a mi nueva compañera de aventuras a mi vida. Como por arte de magia, sacó tres instrumentos que alegraron mi agonía de sábado congelado, gris y con falta de café. Hace no mucho tiempo, que me volví esa citadina asquerosa, amante de las vidrieras con liquidación y el café marketinero pro-tio sam. Me gusta la citadina, pero mas gusta la pibita simple que mira el mar y se le cae una lágrima.

Asique la tarde anterior a la noche en que saqué a pasear mi triceratops, me embarqué en un viaje para rendirle culto a la pacha mama sobre la que camino, y que tantas veces me ha visto reir, y otras tantas llorar.

Bufanda en el cuello, lapicera en la cartera, orejas frías y charla de por medio...empecé a patear baldosas rotas, esperando el momento en que me fundiese con el verde aire, verde pasto y los verdes carteles.

Así fue como mi nueva compañera de aventuras, sacó los instrumentos mágicos y me teletransportó a un Junio, perdida en la rambla, tomando mate para calentar el alma.

Ahí supe que esa noche iba a sacar a pasear al dinosaurio, y no a la idea de la historia sobre unos mechones violetas. No es por desmerecer a los mechones violetas...solamente que esos mechones saben que a la magia le falta una vuelta de rosca para mostrarse en formato de escritura.

En fin, volviendo a la tarde, antes de la noche, antes del paseo de mi dinosaurio...recuerdo que iba pateando baldosas rayadas, ansiosa y miedosa de que el día pro-tierra, se convierta en día de destrucción masiva, y yo fuese el arma y catalizador de todo aquel posible desastre.

Llegamos. Lo importante de llegar...no fue el hecho de llegar..sino que en el momento en que saqué a pasear mi dinosario, me puse a reflexionar ese momento. Caminé un par de metros sobre piedras, molestas piedras en mis botas...asique le pedí permiso al pasto y lo pise con gentileza, como si me topara con una pared que nació del piso, a un centímetro de mi cara, me dí vuelta buscando al extranjero...y me encontré con la sombra.

Ahí estaba la sombra, y ahí estaba yo...a un metro y medio de distancia. Entonces la pared desaparece misteriosamente, y me deja a la intemperie, mate en mano, compañero de aventuras a la izquierda y cartera a la derecha.

Sombra...tomaste forma mágicamente. Y yo nada mas podía preguntarme donde estaba el hueco mas próximo para esconderme del pánico romántico que te tengo.

Esa noche, la misma noche que le siguió a la tarde donde vos tomaste la forma mas hermosa jamás vista...me dí cuenta del miedo atroz al que tengo ahora. El destino se dió el gusto de presentarte ante mí nuevamente, como a el se le cantó.
Me dejó esperando ante el frío, mientras mi compañera de aventuras hacía de las suyas. Hizo que me pierda, y mientras me perdía, me cruzó a un zombie con un limpiador de pisos. Me topó con gente que retrasó mi camino...solo para darte la forma a vos, sombra...y que en el mismo instante en que yo busque a tu músico, vos te encuentres con mi cara.

Y así pasamos la tarde, te diste el gusto de inspeccionarme y pasarme por alto. Te dista el gusto de pararte y enfilarte por encima de mí. Y yo, como una nena mirando la cosa mas maravillosa que jamás haya visto...me dí el gusto de cumplir con mi palabra..."vos seguí cantando, yo de acá te cuido".

Asique, la noche en que saqué a pasear mi triceratops, miré al cielo y le dediqué una sonrisa a mis estrellas que me guian en mi camino de zig zag constante...agradeciéndoles que ahora no seas una simple sombra, recuerdo de un ayer vacio, bruto y sin sentido.

Ahora vos sos un poco mas...y lo único que hago es recordar las palabras de la persona camuflada...en aquel momento donde pusiste tu magia en acción...lo único que se escuchó fue "nada es imposible"

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