lunes, 5 de diciembre de 2011

Querida Paloma:

Me toca verte por el telescopio de la imaginación y sentirte mas cerca de lo que nunca pensé que te iba a poder sentir.
Del sueño al hecho, probablemente falten pasos largos pero amenos. Creo que ya somos dos los que te acurrucamos con el pensamiento.
Entonces acá estamos, tejiendo la enmarañada red de la sub-conciencia, esperando que llenes uno de los rincones que vamos compartiendo poco a poco.

Y vos:

Como me gusta verte entonando el estribillo de una canción, mirando al cielo esperando el día del milagro, del sueño compartido. Como me gusta verte esbozar la sonrisa de los amanecer compartidos, entre ojos cansados y videos sin sentido. Como me gusta levantarme de una pesadilla y que me estés abrazando. Como me gusta compartir cada segundo de mi existencia a tu lado.

Paseaba por pasillos iluminados y cada ser de mi vida se cruzaba por delante de mis ojos. Mi abuelo me dedicó una sonrisa abrazado a mi vieja, y yo no pude evitar no contener las lágrimas. Y al final del destino inevitable, de la muerte que jamás se apareció, estabas vos, saltando de adelante hacia atrás, materializando tus poderes mágicos. Concretabas la pregunta de la respuesta del SI y yo no pude ser mas feliz.

Esta vez me toca tocarte en sueños. Me toca pensarte y tener miedo cada vez que siento un insecto colorido en mi estómago. Me toca buscarte con el pensamiento y sentirte a mis espaldas, cuidándonos de cualquier posible problema.
Sea donde sea que estés, con quien sea que estés, te amo. Y me es imposible no hacerlo, sabiendo que el camino a buscarte, me guía la luz hermosa que jamás haya tenido.



Y vos, si me miras viajando desde la estrella fugaz de ayer, por favor nunca dejes de sonreírme. Tu falta se siente y a veces creo que debería llorarte más, pero algo me dice que es preferible luchar para que te sientas orgulloso de mí y dejar las lágrimas para otro momento.


Extraño tus abrazos y tu voz. Todavía recuerdo tu voz estridente en la mesa. Pero acá estamos, creando el futuro, y jamás me hubiese imaginado que no podrías verme emprender este camino. Pero tal vez si lo estás haciendo, y solo soy yo que no me doy cuenta que estás ahí.