miércoles, 17 de febrero de 2010

A veces es mejor ser un pájaro

Desde mi conocimiento criollo, y de mi nulo punto de vista, gracias al reflejo de un vidrio espejado, llegué a la conclusión de que por momentos solo me gustaría ser un pájaro.

Repito, mi conocimiento criollo y molesto del día de la fecha me transmite ESTO.

Un pájaro. Qué sensanción puede tener un pájaro al volar?. Una MUY buena, o una MUY mala. Se escapa de algo, o vuelve tranquilo a su nido. Y listo. La vida del pájaro: solo dos sensaciones.

Como CASI ser humano que soy, me gustaría ser solamente un pájaro y tener dos sensaciones. Dos sensaciones totalmente extremistas, sin puntos medios. O tenes miedo, o sos extremadamente feliz. Y listo. Se terminó ahí el tema.

Pero, como venía diciendo antes. Soy CASI un ser humano. CASI porque soy lo suficientemente anormal como para estar sufriendo seis meses la misma historia, del mismo modo, sin ir ni para adelante, pero yendo bastante para atrás. Sin afrontarlo. Viviendo, chupando, comiéndome recuerdos que desnutren mi cabeza constantemente. No puedo ir a X lugar, no puedo hablar de X cosa, no puedo escuchar X música. Vivo reprimida, reprimida por recuerdos. RECUERDOS. No voy,no vuelvo,no nada.ME REPRIMO.
Me reprimo salidas, me reprimo gente, me reprimo risas, me reprimo llantos.

Soy una escala de grises totales. Porque, a veces, cuando NO me reprimo, lo intento. Intento generar nuevos recuerdos que sopesen con los viejos, que me hagan sentir esa sensación de seguridad, calidez, confianza. Lo intento. Todo el tiempo. Lo intenté varias veces con otros seres humanos que me brindaron todo lo que una persona puede pedir. Sentimientos firmes, sin extremos. Felicidad pura para ellos, miedo escalofriante sumado a inseguridad para mí.

Inseguridad que se "overlappea" en tantos aspectos de mi vida. Como el simple factor de que escribo esto desde la computadora de la oficina, porque no quiero volver a casa a pensar en el "que hubiese pasado...". Porque ni siquiera para eso puedo ser extremista. Ni siquiera para decir NADA.O NO.
Vivo en una tonalidad (de vuelta) de unos grises tan vívidos, que pienso en el "que hubiese pasado...", en el "que pasará...", y en "lo que pasó...". Todo junto, al mismo tiempo, en una misma bola de katamary damacy que llevo conmigo a todos lados.

No busco, no encuentro. Y cuando busco, lo encuentro y nuevamente me veo defraudada ante la idea de otro ser CASI humano con el mismo miedo. El mismo problema de no generar extremos. El mismo sentimiento que tuvo alguna vez y que ahora ya no lo tiene.
Y yo, otro CASI ser humano. Que buscó vivir un momento X y terminó en un momento Y. No lo quería. No lo quiero. Quiero quererlo, pero tampoco me sale querer demasiado por estos días.
Y notese el hecho de que dije DEMASIADO. Puedo querer, pero hasta un cierto punto. No me deshago del amor, tampoco del odio. Vivo en ese maldito punto medio. Ese fallido intento de equilibrar la balanza. Porque mi cabeza no puede entender, no puede tolerar, que las cosas se vayan para un lado, y yo quede en el otro sola.

Sola porque quiero...o no. No lo quiero. Y cuando lo quiero, no me sale. Y si me sale, me acobacho.

Como dije ayer, será cuestión de una alineación en un futuro próximo (lo mas próximo posible). Darme cuenta que si se quiere...se puede.

Pero por momento me encajeto tanto en una cosa, que no logro ver que los extremos están al lado mío y yo sigo por el camino del medio.


Lo escribe una confusa,no muy equilibrada (o si) Lucía.

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