jueves, 19 de agosto de 2010

Castillo hecho de cal y de arena

Mientras mi mágico momento de auto superación, me daba una cachetada de reves, y me anclaba a esta silla que me da mas dolores de espalda, que orgasmos laborales, Francia se complotaba con Violeta, y le agregaba un poco de polvo de estrellas, a mis recetas de oficio.

Violeta, que ya no es mas Violeta, me dió un abrazo y un pésame. Culpa de vivir en un bote, que flota en esta pecera, llena de gente super dotada para la creatividad...o al menos, eso quiero creer.

Casi que olía alguna nevada por Diciembre.

Y ahora, me veo acá, frente a frente, el miedo al fracaso, y la cara de la victoria se juntan.

Y, lo que parecía ser una mañana normal, lagañosa y con pocas ganas de subirme al bondi, se transformó en algo bastante interesante.

Lo cual, lo único que hace, es demostrarme la sabiduría del universo. Que todo lo iguala, y todo eso que sacó, lo transformó en una oportunidad mas de aprender.

Eso no quita que siga acá, rodeada de gente, que por momentos parece que me cuenta un chiste que no entiendo, y se rie en mi cara, porque sabe que nunca lo haré.

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