lunes, 6 de diciembre de 2010

Ningún blog titulado "Hablemos mal de los hombres", puede llevar a buen camino.

Por qué es tan complicado enamorarse?.

Algo así decía los tres párrafos que llegué a leer.
Momento...acá hay algo mal.

Si buscas enamorarte, entonces no vas andar criticando a los hombres...o si?. Esto de la guerra de los sexos, ya se volvió deporte. Es mas, deberían llevarlo a las olimpiadas, ganaríamos..estaría jodido, pero ganaríamos.

A ver, me animo a decir que el 90% de este blog, mi blog, habla de trifulcas con mi alma, el amor y el sujeto de al lado.
Si, puedo criticar. Pero para enamorarse, mas que criticar, hay que aceptar. Y listo, he ahí la solución a los problemas de pareja, a la falta de sexo y a la falta de abrazos masculinos, femeninos o de cualquier ser vivo (no hago apología a la zoofilia, ni nada por el estilo, pero bueh...).

Extraño es que estoy sentada, sola, donde absolutamente todo un piso guarda silencio...Justo ese silencio que necesitaba por la mañana. Se escucha algún perro ladrar a lo lejos, y alguna que otra ambulancia, que espero, esté salvando la vida de una persona.

Abajo está ese ser, que tan mal/bien me tiene.
Ser raro, especial, único, si los hay. Oscuro. Pero no sería la primera vez que ande atrás del mas complicado.

(Padre, si estas leyendo esto, por favor ahorrame la charla que viene después de este post).

Es raro. No logró darle color, no logró interferir sus pensamiento. Es un gran signo de pregunta con pantalones anchos y zapatillas copadas. Parece no tener cabeza, porque la esconde debajo de una gorra. Parece no tener ojos, porque no tiene cabeza. Pero habla, constantemente habla, y me cuenta. Me cuenta todo. Su pasado, su presente. Nunca del futuro. Supongo que es una de esas personas que vive el hoy, el ahora, como si no hubiese mañana. Dudo de que espere un mañana. Tal vez lo único que espera es la muerte, y eso lo hace tan oscuro. Chiste de por medio, coca de por medio, entre a lugares a los que pocos han entrado. Me siento orgullosa, casi que llevaría un distintivo que remarque tal cosa, pero con la profundidad de la situación, vienen los problemas. Tal vez evitables, si supiese separar las palabras, de los hechos. Pero nunca fui así, y no veo porque ahora tenga que hacerlo.
Mis actitudes llevan un 50 y 50, y las voy manejando dependiendo de la situación.

No es el ejemplo de vida, pero bajo todo ese disfraz de corcho, hay una persona. Si. Una persona. Dios, un fideo o una batería de auto sabe que fue lo que puso debajo de todo ese corcho por revolver. Yo apenas ví una parte y ya me asusté.
Pero qué sería de todo esto, sin la adrenalina de todos esos futuros problemas que huelo, presiento y quiero que pasen. Por que si, quiero que pasen.

Debería separar las cosas, pero como lo anterior, nunca fuí buena. Y, nuevamente, no veo el por qué de tener que hacerlo ahora. Cuanto mas rebuscado sea esto, mas satisfacción en el final y principio de la etapa. Nada es simple, yo no soy simple, él tampoco es simple, nada de esto va a ser simple, ni siquiera va a amagar con serlo.
Si es directo. Pero no es simple.

Nuevamente es raro. No es la primera que esta situación se da entre las paredes del lugar donde estoy escribiendo. Pero una ráfaga de viento me dice que puede ser diferente a aquella vez, con esa otra persona, en esa otra circunstancia.

Por supuesto que el tiempo se hizo presente. Como siempre. Pero mezclar un poco mas las cosas. No me estoy quedando sin él, al contrario, parece ser que cada vez es más, y más, y más del tiempo. De todo ese montón de segundos, minutos u horas juntos. Segundos cuando lo veo, minutos cuando hablo, horas cuando pienso en él. Todo se acumula. Me da dolores de cabeza y ganas de pegarle a alguien. La segunda me la desquito en cuanto alguien preste su cara para una leve caricia en forma de cachetada.

Sin mucho mas que decir, me retiro. La forma en la que estoy sentada no ayuda a mi espalda, y Papá Noel quiere que me ponga su traje rojo y repartir regalo.

Au revoir....

No hay comentarios:

Publicar un comentario