domingo, 20 de junio de 2010

Se me da por abrir la tapa de la caja de las mil maravillas, y no para de escupirme frustración y ambigüedades sobre mil cosas que no quiero, que no me importan y que no me importarán jamás.
Me saliva la cara, la humedece, la retuerce y transforma mis mil y una expresiones, en malhumores constantes, culpa de la maldita picazón que sienten mis párpados constantemente.
Y la miro, indefensa, buscándole el fondo a la caja y pensando en que perdí el juego, culpa de algún ente perdido en la oficina de abajo.
Si. Otra vez se frustra el mundo, se vuelve asquerosamente negro y yo lo miro. Ni siquiera lo desafío. Lo miro y le pregunto cuándo se le va a antojar devolverme algo de mí, que tan felizmente me sacó. Me sacó cosas. Me saco amor, me sacó salud y me sacó un poco de vida, y yo en vez de defenderme, lo miré de reojo y me conformé con una realidad lo suficientemente triste, como para alegrarme tan solamente con un par de pantuflas rosas que abrigan mis pies.
Porque ni siquiera tengo otro ser humano que acompañe esta noche fría. Y aquel buen compañero, incondicional y semi-presente, está lo suficientemente lejos, como para ya siquiera importar.

Me invita a pasar, a buscar el fondo de las cosas y reencontrarme con eso que tragó la primavera pasada.
Le digo que No. Que ya me ofendí con ella,caja,como me ofendo con mis compañeros todos los días. Que ya no la quiero como la quería antes, porque supo estremecer mi alma de miedo, y encima,me cambió de rojo a un color que todavía no distingo, porque la persona que me ayudaba a elegir los colores de la gente, se fue y todo indica que no volverá por un largo tiempo.

Cierro la tapa de la caja. Ya tuve y tengo suficiente con esto. Y que no venga la realidad ajena a mostrarme desgracias del prójimo, porque doloroso es todo, y a mí me duele y me da tantos escalofríos como la verdad ajena.

Asique no pido que entiendan lo que mi alma solitaria atraviesa en este momento, porque ni siquiera ella sabe qué quiere, cómo lo quiere y cuándo lo quiere. Simplemente pido no comparar mi realidad,con otras...Porque acá me paro yo, y pienso seguir haciéndolo hasta que estas patas me sostengan.

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