lunes, 11 de octubre de 2010

Silencio. Absoluto. Único. Indispensable.
Somos yo y mis dudas. Mis egoistas dudas y yo.
No quiero golpear demasiado fuerte el teclado, no quiero despertar a esos fantasmas que duermen abajo de la cama. No quiero que me ataquen por sorpresa. Tampoco quiero que me oigan llorar.
Taca, taca, taca...otra vez y nuevamente. Esa sombra ya es pasado, y acá estoy yo de vuelta. Como salida del extasis mas puro de la vida. Nuevamente yo, el monitor y el teclado.
Silencio se hace presente. Taladra mis neuronas, una por una, por una, por una. Sangran, lentamente. Me escondo en esa grieta de la tierra donde nadie me va a ver. Todas esas cosas que me enseñaste ya no sirven para nada. Otra vez la coraza, y las palabras que se las lleva el viento.
Cansada de pedirle deseos al universo, de intentar con todas mis fuerzas, cansada de todo veo como se derriten las energías, una por una, por una, por una. Y ahí estamos yo y la esperanza en todo, nuevamente perdidas.
Si ayer me costó un órgano, hoy me cuesta lo que parece quedar de mí. Un algo bastante sin gusto, contemplando el silencio y buscando a quien llamar, hablando de lo que ya no hay que hablar.
Un sonido rompe con la monotonía, busco una vibración en otro plano. Temorosa de las reacciones, me alejo no sin hacer ruido antes. Otra vez peleando la batalla que terminó. Me agarró de sorpresa y me dejó sin palabras.
Dónde fueron todas esas cosas que me dijo?.
El silencio. Esquemático silencio, repetitivo, taladra mi cabeza. Me doy vuelta. Quiero dormir, quiero despertar mañana y darme cuenta que el silencio se transformó en tu voz, y yo acá, parada adelante tuyo sin saber qué hacer, y vos no te vas.
No sé si seguir o parar.

El nuevo día no aparece. Me estanqué en este Domingo falso, Domingo que es Lunes, de un fin de semana asquerosamente largo. No me quiero perder otra vez, no te quiero perder nuevamente.

Quiero que esta vez el universo me cumpla un solo deseo. Solo esta vez Universo hacé tu magia y dejame respirar sin necesitar que me tire al piso reclamando justicia y libertad.
No liberes esta alma del cuerpo, cumplí esta plegaria y dejame vivir solo una vez lo que yo creí perfecto, por que así lo creía y así me gustaba como estaba.

Las luces otra vez se ven reflejadas en el pavimento, la silla no se queda quieta y yo le pido algún brujo ese deseo de felicidad, hasta volver a pegarme con la pared y sangrar el doble.

El silencio se hace presente y el Universo aún no se manifestó, sigo a la espera....

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