jueves, 3 de noviembre de 2011

La Silueta

Una silueta muda, vagaba expectante y silenciosa entre ruinas del paraíso perfecto de antaño.
Se abría paso entre los escombros, pateaba piedras chiquitas, se sentaba sobre las grandes, miraba hacia adelante y continuaba su marcha, añorando e idealizando cada pedazo de roca que se cruzaba en su camino.
Miraba hacia sus costados buscando algo, imperceptible detalle al ojo humano, pero claro y nítido ante las pupilas de la silueta, amarrada al callejón del nunca-jamás y del todo en uno.
Miraba, se adelantaba, se atrasaba y volvía a mirar.
Se llenaba de sabios consejos susurrados por el pasto, y alguna margarita naciente de entre los escombros.
Cuando la silueta se cansó de tanto levitar, apoyó tiernamente sus pies sobre la tierra, y dejó que el cálido sonido de su sombra rozando el pasto, estremezca su negra nuca.
Con el cuello un poco cansado y bastante dolorido de tanto observar la tierra, lo levantó suavemente y miro hacia el cielo. Una mezcla perturbadora formaba figuras mezcladas de las estrellas mas lindas de la noche, y los rayos mas cálidos del sol.
Reposando, se fue dejando llevar hacia donde los nuevos caminos la guiarán....cautivando las piedras de adelante, y haciendo escombros sus piedras pasadas.

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